
Por Luis Ramón López

MOCA, Espaillat.-En la República Dominicana, detrás de los escritorios, pasillos, portones y oficinas de muchas instituciones públicas, se esconde una realidad silenciosa y profundamente dolorosa, miles de empleados públicos sobreviven con salarios que no les alcanzan ni siquiera para cubrir una semana de alimentación básica. Son hombres y mujeres que, a pesar de cumplir jornadas completas de trabajo, viven atrapados en la precariedad económica y la incertidumbre diaria.
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