Por Luis Ramón López

MOCA.-La Pérdida de los valores fundamentales de la familia, cívicos, falta de empleos y el incremento del consumo y venta de drogas, son los principales factores generadores de la delincuencia y violencia que arropa el país, y al que no escapa nuestra provincia y su municipio cabecera, hoy secuestrado por el odio de la inseguridad.

Eso lo explica el presidente de la empresa agroveterinaria Agrosaro, Ramón Santana Rodríguez, al exponer su inquietud sobre la ola delincuencial que sacude a Moca, que la autoridades tanto policiales como judiciales no cuenta con una verdadera las herramientas ni planes como tampoco los tiene el propio gobierno, para hacer frente a la desafiante criminalidad.

Dijo que se hace urge y necesario adoptar medidas acorde con la ralidad que vive la población mocana y el país en materia delincuencial y violencia.

A Juicio del emperesario Santana Rodríguez, presidente de la empresa Agrosaro, que distribuye los fertilizantes y abonos Fersan, lo mejor para la tierra y sus cultivos, las autoridades se han vueltos simples teóricos; en la practica son todo lo contrario, se perburban al no tener diseñado planes a ejecutar; solo paños con pasta.

Manifestó que en horas de la noche Moca, parece una calle del cementerio municipal con luces, donde no se ve ni un solo ser vivo, por el contrario, puede ser una nueva victima de la delincuencia.

«En Moca, especificamente usted no esta seguro en ninguna parte ni en su propio hogar», comentó el empresario Ramón Santana Rodríguez, en su llamdo de alerta a las autoridades del gobierno.

Sostuvo que en esta ciudad se producen a diario más de diez atracos en distintos puntos, por lo que estimó que el problema »no es el alcohol ni los ruidos», sino que se carece de un organigrama operativo, a corto, mediano y largo plazo, diseñado con políticas y planes concretos.

Explicó que para ello también se necesitan crear nuevas unidades tácticas con caracter local, regional y nacional, que ejecute la política pública de combate al delito y el crimen, para de esta manera comenzar a ver resultados en la seguridad ciudadana, que tanto anhela y reclama la población en general.

No se puede, sostuvo amagar y no dar, se pierde la credibilidad y el espacio, se necesita «una política de Estado de seguridad ciudadana», cargada de los instrumentos y mecanismo que las circunstancias demandan por el caracter urgente del fenómeno gravante de inseguridad, delitos, crimen y violencia que vive el país.