
Por Nicolás Arroyo Ramos
OPINIÓN.-Si conocía alguna persona siendo humilde, humana, tratable y decente y tras alcanzar un ascenso, -político, económico, empresarial, profesional-, se transforma en prepotente, arrogante, intolerante y petulante, estamos en presencia de lo que se conoce en Psicología como Síndrome de Hubris o la Enfermedad del Poder.
Sigue leyendo
