

Por Luis Ramón López
MOCA, Espaillat.-En el corazón de Moca, entre aromas a horno antiguo y recetas transmitidas de generación en generación, se conserva una de las joyas más auténticas del arte culinario mocano, la galleta de manteca de la Panadería Rosaura, una tradición de la familia Ruiz-Rodríguez, que cumplió 80 años de historia y fama.
Esta galleta, sencilla en su composición pero extraordinaria en su resultado, ha conquistado paladares dentro y fuera de la República Dominicana. Hecha a base de harina y manteca de cerdo, su textura suave y ligeramente crujiente, junto a su sabor inconfundible, la convierten en una delicia que “se come en seguidilla”, como dicen con orgullo los mocanos.

A lo largo de décadas, la galleta de manteca de Rosaura ha recorrido el mundo en maletas de viajeros, emigrantes y visitantes que no conciben regresar sin llevar consigo este símbolo de identidad local. En cada bocado se mezclan nostalgia, tradición y el recuerdo de la cocina de abuelas, de tardes familiares y de celebraciones sencillas pero entrañables.
La familia Ruiz-Rodríguez ha mantenido intacta la receta original, resistiendo el paso del tiempo y la industrialización. El proceso sigue siendo artesanal, respetando los tiempos del amasado, el horneado preciso y el equilibrio exacto de los ingredientes, lo que garantiza la calidad que ha distinguido a la Panadería Rosaura por generaciones.
Más que un producto comercial, la galleta representa un legado familiar, un compromiso con la identidad mocana y con el respeto a los sabores que definen la cultura local.
PATRIMONIO DEL ARTE CULINARIO MOCANO
Para muchos, esta galleta no es solo un alimento, sino un patrimonio gastronómico de Moca, digno de ser preservado y promovido. Su permanencia en el tiempo es testimonio de que las tradiciones auténticas, cuando se hacen con amor y respeto por el origen, trascienden modas y fronteras.
Hoy, a casi un siglo de su creación, la galleta de manteca de la Panadería Rosaura, sigue siendo orgullo de Moca, símbolo de su historia culinaria y una muestra viva de que las cosas bien hechas, con sencillez y dedicación, nunca pasan de moda y resisten en el tiempo.
Desde 1937, Jose Belarminio Ruiz (Marcelino), panadero, vegano, padre de la señora Rosaura, fallecida, comenzó el proceso de elaboración en la panaderia Tres X, que fuera propiedad de Juan Crisostomo Estrella, que luego, instalarían su propia panaderia Las Mercedes, en el sector de Juan Lopito, un diciembre de 1945 hasta 1979.
Rosaura, desde muy joven mostró gran interés por el negocio de su padre que veía su crecimiento y la popularidad de las galletas que se elaboraban junto a los demás derivado de la harina como el pan Sobao, de leche, de agua y otras repostería de dulces, aprendió la receta y la perfeccionó, la que dejó como un legado y patrimonio de Moca.
En 1967, doña Rosaura y su esposo Octavio Rodriguez, fundaron la panadería Rosaura, en el patio de su casa, instalando un pequeño horno artesanal, donde comenzaron a florecer, donde tiempo más tarde construyen un moderno edificio e instalan el negocio familiar que todavía existe, en Juan Lopito, elaborando la misma galleta de manteca que su padre.
La galleta de manteca, símbolo mocano, fue declarada por el honorable ayuntamiento del municipio de Moca, como un «producto de la mocanidad»,