
Por Luis Ramón López
MOCA, Espaillat.-En el corazón del municipio de Moca, hay un espacio público que no es solo un punto de encuentro, sino un testimonio vivo de la valentía y el amor por la libertad de un grupo de mocanos que enfrentó con determinación la tiranía de Rafael Leónidas Trujillo.
Ese lugar es el histórico parquecito de La Victoria, hoy conocido como Plaza Hermanos de la Maza, un rincón sagrado que guarda en su silencio el eco de un sacrificio que cambió el rumbo de la historia dominicana.
UN SÍMBOLO DE LIBERACIÓN
Originalmente, en el centro del parquecito se erigía un pequeño monolito rodeado de gruesas cadenas de metal, un diseño cargado de simbolismo: el rompimiento de las cadenas de la dictadura que por más de tres décadas oprimió al pueblo dominicano.
Aquellas cadenas representaban la firme decisión de los mocanos de romper con el miedo y abrazar el camino de la libertad, aun a riesgo de sus propias vidas.
El parquecito de La Victoria, el tercer parque construido en Moca, fue inaugurado el 16 de mayo de 1961, apenas dos semanas antes del histórico ajusticiamiento de Trujillo. Su construcción estuvo a cargo del renombrado arquitecto mocano Octavio Pérez Garrido, quien diseñó este espacio con un propósito claro: honrar la memoria de los Hermanos de la Maza Vásquez, hijos ilustres de Moca y protagonistas fundamentales del tiranicidio del 30 de mayo de 1961.
Los nombres de Antonio de la Maza, Mario, Ernesto, Pablo, Bolívar, Octavio de la Maza, así como el de Luis Manuel (Tunti) Cáceres, resuenan en la historia como los mártires mocanos que abonaron con su sangre el terreno fértil de la libertad. Su valentía trascendió generaciones y convirtió a Moca, en una cuna de resistencia civil frente al totalitarismo.
Con el paso de los años, la Plaza Hermanos de la Maza, ha sido testigo silencioso de actos patrióticos, vigilias, homenajes y encuentros comunitarios. Aunque su fisonomía ha sido remodelada en varias ocasiones, la primera en el año de 1979, su esencia permanece intacta: es un espacio para recordar, reflexionar y agradecer a quienes dieron todo por liberar al país de la oscuridad.
Hoy, al caminar por la plaza, las nuevas generaciones encuentran un recordatorio del precio de la libertad y del compromiso que los mocanos han asumido a lo largo de la historia como defensores de la democracia. La plaza continúa siendo un punto de referencia moral y un símbolo de que la libertad se conquista, se defiende y se honra.
UN LEGADO VIVO
Más que un parquescito, la Plaza Hermanos de la Maza, es un altar cívico, un espacio donde el pasado se mantiene vivo para iluminar el presente. Su existencia recuerda a todos los dominicanos que la libertad es un derecho ganado con sacrificio y que la memoria histórica es un deber que se honra con gratitud.
En Moca, cada piedra, cada árbol y cada sombra de este emblemático lugar cuenta la historia de hombres que, sin buscar gloria personal, ofrecieron su vida para que hoy la patria pueda respirar en libertad. Esta ubicado en calle Duarte con prolongación Angel Morales, donde se encuentra la parada de transporte de pasajeros de Moca-La vega.