El sistema educativo dominicano con una tarea por cumplir

Top 5 Metodologías de enseñanza – Henry Simbana J

Por Luis Ramón López

OPINIÓN.-La educación dominicana continúa siendo uno de los temas más debatidos y preocupantes de la agenda nacional. A pesar de que el sistema educativo recibe el presupuesto más alto del país, el 4 % del Producto Interno Bruto, los resultados siguen lejos de reflejar los recursos invertidos.

Las carencias en infraestructura, la deficiente calidad del aprendizaje y la escasa formación docente siguen siendo parte de una larga lista de tareas pendientes.

El reclamo social que dio origen a la histórica conquista del 4 % para la educación fue una de las movilizaciones más amplias y esperanzadoras del siglo XXI en República Dominicana. Se trataba de una apuesta por la transformación del sistema educativo, por la dignificación de la docencia y por la mejora real en la calidad de la enseñanza.

Sin embargo, más de una década después, los avances son limitados. Según informes de organismos nacionales e internacionales, los resultados en lectura, matemáticas y ciencias continúan por debajo de los estándares regionales, mientras que la deserción escolar y la falta de motivación docente persisten como males crónicos.

Aunque el país exhibe cientos de nuevas escuelas construidas, muchas de ellas funcionan sin mobiliario adecuado, sin personal completo o con deficiencias en servicios básicos. La jornada extendida, uno de los pilares de la reforma educativa, ha sido criticada por convertirse, en muchos casos, en un horario extendido sin contenido pedagógico efectivo.

Expertos en educación coinciden en que el problema no es solo de recursos, sino de gestión, planificación y enfoque pedagógico. La inversión, afirman, debe orientarse hacia la formación continua de los docentes, la actualización curricular, la tecnología educativa y la inclusión real de todos los sectores sociales.

La calidad de un sistema educativo no puede superar la calidad de sus maestros. Sin embargo, el profesorado dominicano sigue enfrentando salarios que no compensan su labor, condiciones de trabajo limitadas y escasa capacitación continua.

Mientras tanto, los estudiantes son las principales víctimas de un sistema que, a pesar de su abundante presupuesto, no logra garantizar la igualdad de oportunidades ni el acceso a una educación transformadora.

La educación es la base del desarrollo de cualquier nación. En el caso dominicano, el reto va más allá de los recursos: se trata de redefinir prioridades, fortalecer la transparencia y establecer una cultura de evaluación constante.

La tarea está pendiente. Con el presupuesto más grande del país, el sistema educativo dominicano aún debe cumplir su promesa fundamental: formar ciudadanos críticos, capaces y comprometidos con el futuro de la nación.

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