¿Cuál es la diferencia entre sunitas y chiítas?

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Por Carlos A. Guzmán

OPINIÓN.-El profeta Mahoma, murió en el año 632, dejando una nueva religión, pero también una pregunta sin respuesta: ¿Quién debía dirigir a la comunidad musulmana tras su muerte?

Mahoma, no dejó a un sucesor y tampoco estableció un método claro para elegirlo; obviamente, esto generó tensiones en una sociedad que, hasta entonces, había estado unida bajo su liderazgo. ¿Pero cuál fue ese debate que separó a las poblaciones musulmanas?

Tras la muerte de Mahoma, algunos creían que el nuevo líder debía ser elegido por consenso entre los compañeros más cercanos del profeta; otros sostenían que la autoridad debía permanecer dentro de su linaje familiar. Este debate se convirtió en batallas que cobraron la vida de miles de personas hasta la actualidad.

Al morir el profeta, Abu Bakr, fue elegido como primer califa (sucesor de Mahoma y considerado el líder de la comunidad musulmana, con potestad tanto en asuntos religiosos, civiles y militares), un hombre que no pertenecía a la familia de Mahoma, por lo que mientras algunos apoyaron la decisión, otros consideraron que era Alí, primo y yerno de Mahoma, era el que debía tomar la gestión de gobernante.

La discordia entre un grupo y otro fue tanta, que en el año 680 ambos bandos pelearon en lo que fue llamada la Batalla de Karbala.

En dicho enfrentamiento Huséin (chiíta), hijo de Alí y nieto de Mahoma, fue asesinado junto con sus seguidores por el ejército del califa Yazid y fue este acontecimiento el que selló la división entre sunitas y chiítas.

Durante los siglos siguientes, la hostilidad entre ambos grupos fue profunda y constante. Los califatos omeya, abasí y luego otomano fueron dominados por la ortodoxia sunita, que a menudo marginó o persiguió a los chiitas. En respuesta, los chiitas desarrollaron una identidad de resistencia, centrada en el martirio y en la espera del retorno de una figura mesiánica que restaure la justicia.

En la actualidad, se calcula que entre el 85% y el 90% de los musulmanes son sunitas, mientras que los chiítas representan entre el 10% y el 15% de la población practicante del islam.

Los sunitas predominan en la gran mayoría de los países musulmanes, como Arabia Saudita, Egipto, Turquía, Indonesia y Pakistán, mientras que los chiítas son mayoría en Irán, Irak, Azerbaiyán y Bahréin, y tienen comunidades significativas en Líbano, Yemen y Siria. Estas diferencias también se expresan en la política contemporánea: Irán se erige como líder del mundo chiíta, mientras Arabia Saudita representa el bloque sunita, lo que ha mantenido tensiones en el mundo islámico moderno.

A pesar de sus diferencias, sunitas y chiitas comparten los 5 pilares esenciales del islam:

1.-La creencia en que solo hay un Dios y Mahoma es su profeta.

2.- El rezo 5 veces al día

3.-Dar caridad a los más necesitados

4.-Ayuno en el mes de Ramadán

5.-Peregrinación a La Meca

Sin embargo, además de diferir en su opinión sobre quién debe gobernar, también tienen diferencias en algunas prácticas rituales. Los chiítas, por ejemplo, celebran con gran devoción la Ashura, para conmemorar el día en que Husein fue asesinado en Karbala, la conmemoración impacta por la flagelación que algunos musulmanes llevan a cabo.

Sin duda, el islam enfrenta el desafío de superar esta división, y aunque persisten brotes de violencia en varios países, académicos están construyendo espacios de diálogo entre ambos grupos religiosos. La esperanza como siempre está en los jóvenes, así que en el futuro podríamos ver a un islam más tolerante en sus diferencias, si es que las nuevas generaciones priorizan la hermandad sobre las viejas luchas por el poder. Pero, eso no ocurrirá, porque el fundamento del islam es la desobediencia a Dios y la propagación del mal y la violencia.

Ambas corrientes islámicas coinciden en ser enemigos de Israel mediante su campaña feroz antisemita dirigida al exterminio del pueblo israelita. Ambas alas del islam son ismaelitas (descendientes de Ismael) el primer hijo de Abraham de la esclava Agar (o Hagar), egipcia, que fue la concubina de Abraham y la madre de su hijo Ismael.

Su historia se narra en el libro del Génesis, donde se relata que, a petición de la esposa de Abraham, Sara, quien no podía tener hijos, tuvo relaciones con Abraham y quedó embarazada. La situación provocó tensiones, y Agar finalmente huyó al desierto, donde recibió consuelo y la promesa de Dios de que su descendencia sería numerosa.

Posteriormente Dios hizo que Sara le diera un segundo hijo a Abraham llamándolo Isaac (el hijo de la promesa). Y de ahí la guerra hasta el día de hoy entre ambas naciones por más de 3,000 años. Debido a que los musulmanes (sunitas y chiítas, por esta causa se juntan para eliminar a Israel) afirman que el hijo primogénito de Abraham fue Ismael y no Isaac.

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