Por Luis Ramón López

MOCA Espaillat.-La República Dominicana, enfrenta una emergencia en seguridad vial, con una de las tasas de mortalidad por accidentes de tránsito más altas de América Latina y el Caribe.

De acuerdo con cifras del Observatorio Permanente de Seguridad Vial (OPSEVI) y organismos internacionales, en el país mueren en promedio ocho personas cada día en las carreteras, lo que equivale a más de 3,000 fallecidos al año.

Los datos oficiales indican que el 45% de los accidentes fatales ocurren en carreteras interurbanas, especialmente en las vías que conectan pueblos y provincias del interior. En 2025, las provincias con mayor número de víctimas mortales son Santo Domingo (134), San Cristóbal (80), La Altagracia (76), Distrito Nacional (59) y Puerto Plata (56).

En términos de tasas por cada 100,000 habitantes, destacan La Altagracia (40.2), San José de Ocoa (38.0) y María Trinidad Sánchez (37.7) como las más críticas.

El 80% de los fallecidos son hombres jóvenes, la mayoría entre 15 y 34 años. El medio de transporte más involucrado son las motocicletas, que representan cerca del 70% de las muertes registradas.

Las causas principales incluyen exceso de velocidad (35%), alcohol al volante (20%) y conductas imprudentes tanto de conductores como de peatones (25%).

El impacto de los accidentes trasciende las estadísticas: cada año, miles de familias pierden a seres queridos o enfrentan secuelas permanentes. Según la Oficina Nacional de Estadística (ONE), los accidentes de tránsito constituyen el 41.7% de todas las muertes violentas y accidentales en el país.

Frente a esta crisis, el gobierno lanzó en 2025, el Pacto Nacional por la Seguridad Vial, en alianza con 121 instituciones públicas y privadas, que busca reducir en un 50% las muertes en carretera para 2030.

Entre las medidas se incluyen el fortalecimiento de la fiscalización, mayor regulación de motocicletas, campañas educativas y mejoras en infraestructura vial y hospitalaria.

Aunque en los primeros siete meses de 2025, se registró una reducción del 45% de las muertes en comparación con 2024, el país todavía enfrenta un reto mayúsculo: cambiar la cultura vial, garantizar la aplicación de la ley y modernizar sus sistemas de transporte y seguridad.

La República Dominicana, reconocida por su dinamismo económico y turístico, no podrá avanzar plenamente hacia un futuro sostenible sin resolver su emergencia en seguridad vial, que cada día cobra vidas en las carreteras de pueblos y ciudades.

EN EL MUNICIPIO DE MOCA, PROVINCIA ESPAILLAT

La provincia de Espaillat, refleja patrones alarmantes en materia de seguridad vial, con accidentes fatales frecuentes, en la ciudad, muchos de ellos relacionados con motocicletas, vehículos de cuatro y más gomas y siniestros en vías interurbanas.

Estos accidentes ocurren con frecuencia en las carreteras suburbanas que comunican con los distritos municipales de Juan López, Las Lagunas y las comunidades de Hincha, Estancia Nueva, la Ramón Cáceres, Moca-San Victor, dejando saldos fatales de personas muertas y heridas.