Por Rhadamés Rodriguez / Luis Ramón López

MOCA, Espaillat.-Este 15 de mayo, Día de San Isidro Labrador, patrono del campesinado, la República Dominicana rinde homenaje a quienes con sus manos cultivan la tierra y siembran esperanza: los agricultores. Este año, la celebración tiene un matiz especial, pues Moca, reconocida por su rica historia productiva, se convierte en escenario nacional de la conmemoración, resaltando su rol clave en el desarrollo agropecuario del país.

La fecha no solo rememora al santo patrón de los agricultores, sino que pone en valor el trabajo cotidiano de hombres y mujeres que enfrentan el sol, la lluvia y los desafíos económicos para garantizar la seguridad alimentaria del pueblo dominicano.

Como expresó José Martí, el apóstol cubano de la libertad, “el agricultor es el primer ciudadano de un país, por descansar sobre sus hombros la honrosa misión de producir sus alimentos”. Esta afirmación, profunda y justa, resuena hoy con más fuerza en los campos mocanos, donde generaciones enteras han convertido la agricultura no solo en medio de vida, sino en símbolo de identidad y orgullo local.

En un artículo de opinión recientemente publicado, un respetado mocano evocó la relación de Martí con esta tierra. Aunque el poeta y precursor del modernismo no menciona directamente a Moca en sus diarios —sí a La Vega—, es posible que su paso por esta ciudad, corazón agrícola del Cibao, se haya extraviado entre sus múltiples andanzas o simplemente haya quedado como un grato recuerdo sin ser anotado.

Lo cierto es que Moca ha sido forjada por el sudor del agricultor, por hombres y mujeres anónimos que han dado fama a esta tierra negra y fértil.

Desde las plantaciones de plátano, yuca, batata, yautia y cacao, hasta la producción de frutas y vegetales, Moca ha sido, históricamente, un bastión agrícola nacional. Hoy, esta celebración sirve para honrar a los agricultores vivos y recordar a aquellos que, con arado o azada, contribuyeron a forjar el alma laboriosa del pueblo mocano.

Numerosas actividades conmemorativas han sido organizadas por instituciones públicas, asociaciones de productores y centros educativos, destacando la importancia del relevo generacional, la tecnificación del campo y la urgente necesidad de políticas públicas que dignifiquen aún más el trabajo agrícola.

Celebrar el Día del Agricultor en Moca, es reconocer el peso histórico de la provincia en el desarrollo agropecuario del país, pero también es una invitación a mirar hacia el futuro con compromiso. El campo dominicano necesita respaldo: acceso al crédito, protección ante los cambios climáticos, inversión en tecnología y seguridad en los mercados.

Que este 15 de mayo, Moca, se alce no solo como anfitriona, sino como símbolo nacional del esfuerzo agrícola, de la dignidad del trabajo del campo y de la herencia que nos alimenta.