El discurso de Abinader y 15 medidas contra la migración ilegal haitiana que nadie se cree

Abinader anuncia 15 medidas para enfrentar la migración ilegal

Por Luis Ramón López

MOCA, Espaillat.-El presidente volvió a hablar este domingo. Esta vez no fue para inaugurar una obra, ni para entregar una cancha, sino para anunciar «con firmeza» un paquete de 15 medidas contra la migración ilegal haitiana.

Este discurso, transmitido en cadena nacional, buscaba responder a una creciente presión social que viene desde distintos sectores: ciudadanos molestos, redes sociales encendidas y grupos políticos que acusan al gobierno de tibieza frente a un fenómeno migratorio que hace rato se les fue de las manos.

Pero a pesar del tono solemne y las promesas de «mano dura», lo cierto es que el anuncio ha dejado más dudas que certezas. Y, sobre todo, una sensación colectiva: nadie se las cree.

Presidente Abinader anuncia 15 medidas para enfrentar la migración ilegal y  garantizar la soberanía nacional ante la crisis haitiana | Presidencia de  la República Dominicana

Entre las medidas anunciadas figuran algunas que suenan a repetición de discursos anteriores: aumento de los operativos migratorios, más patrullaje en la frontera, creación de nuevas unidades de control, restricción de documentación a inmigrantes ilegales y hasta la promesa de levantar nuevas infraestructuras en la frontera.

El problema es que todo esto ya se ha dicho antes. Y la realidad en las calles no cambia. «Eso lo dicen todos los años y los haitianos siguen llegando igual», comentó un ciudadano que miraba atento el discurso del presidente Abinader, en la terraza de su casa.

Más que una estrategia de Estado, el discurso del domingo del presidente, manifestó, pareció una respuesta directa a la creciente presión social. En las últimas semanas, los niveles de malestar ciudadano han ido en aumento. Videos de asentamientos ilegales, denuncias de robos y agresiones, y mensajes xenófobos se han multiplicado en redes.

La narrativa popular es sencilla: «el gobierno no está haciendo nada». Y el presidente lo sabe. Por eso este domingo intentó reposicionarse como un líder fuerte y protector de las fronteras. Pero las palabras ya no bastan.

Expertos en temas migratorios y analistas políticos coinciden en lo mismo: muchas de las medidas anunciadas son impracticables o simplemente cosméticas. «Es un discurso para calmar a las masas, pero la capacidad real del Estado para ejecutar estas medidas es limitada», afirma un politólogo consultado.

Además, algunos de los anuncios entran en zonas grises legales y podrían desatar conflictos con organismos internacionales o con el propio sector empresarial, que en muchos casos se beneficia de la mano de obra barata haitiana.

LA DESCONFIANZA CIUDADANA

El mayor problema del discurso no fue lo que dijo el presidente, sino lo que no dijo: ¿cómo va a financiar estas medidas? ¿Cómo va a lidiar con los sectores que se oponen a las deportaciones masivas? ¿Qué plan hay para evitar el colapso humanitario en la frontera?

La mayoría de los ciudadanos lo ven claro: es un discurso para las cámaras, para ganar tiempo y para tranquilizar a una población cansada de promesas vacías.

Mientras tanto, la migración ilegal sigue siendo un tema que desborda a las autoridades. Y cada vez más, la gente siente que está sola ante una situación que parece no tener solución.

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