Por Luis Ramón López

MOCA, Espaillat.-Ante el anuncio del cierre definitivo del vertedero municipal y su posible reconversión en una estación de transferencia de residuos en el mismo lugar, vecinos y ambientalistas consultados alertan sobre el grave riesgo que representa mantener esta infraestructura dentro del área urbana, especialmente ante el acelerado crecimiento poblacional de la ciudad.

Expertos y residentes advierten que, de no reubicarse la disposición final de desechos en una zona periférica adecuada, Moca enfrentará el aumento de accidentes de tránsito provocado por las volquetas cargadas de basura al cruzar a través de las calles, poniendo en peligro a peatones y motoristas.

El colapso de las vías por el gran peso de volumen de basura, transportada por los pesados vehículos, congestionando el tránsito en la zona, afectando con ello la movilidad urbana, trayendo un impacto negativo en la calidad de vida, lo cual reducirá el valor de los inmuebles cercanos.

Se esta ante un problema que se está subestimando. Dentro de unos años, este lugar será un pandemonio, y los mocanos llorarán lágrimas de sangre por no haber actuado a tiempo. «¿Por qué no se busca un terreno fuera de la ciudad, como se ha hecho en otros municipios? Esto es una bomba de tiempo para nuestra salud y seguridad», explicó un ambientalista consultado.

El ayuntamiento municipal ni las autoridades oficiales, no han brindado información clara sobre en realidad qué es lo que se le pretender vender a la población como una solución al cierre definitivo del antiguo vertedero municipal, lo que aumenta la desconfianza ciudadana. Moca se juega su futuro ambiental y urbano en esta decisión.

El alcalde del municipio de Moca, doctor Miguel Guarocuya Cabral, ha anunciado que se construirá una estación de transferencia, con un presupuesto de 60 millones de pesos, para brindar una solución definitiva, sin ofrecer detalles del lugar donde se va a levantar la estructura.

«Defender nuestro entorno hoy, evitará el caos de mañana»