Por Luis Ramón López

MOCA, Espaillat.-En un contexto de creciente preocupación por la seguridad nacional y la soberanía, la marcha organizada por el movimiento de Friusa, ha puesto en el centro del debate público la cuestión de la migración ilegal haitiana en la República Dominicana.

Esta movilización de gran impacto, ha presionado al gobierno para que adopte medidas más enérgicas y efectivas para abordar lo que muchos consideran un grave peligro para la estabilidad y la identidad nacional del país.

La migración haitiana hacia la República Dominicana, ha sido un tema candente durante décadas, pero en los últimos años ha adquirido una urgencia especial debido a su impacto en la economía, la seguridad y la cultura dominicana.

La falta de controles efectivos en las fronteras y la ausencia de políticas claras para manejar la migración han generado un clima de inquietud entre la población.

La marcha organizada de Friusa, un movimiento que busca promover la defensa de la soberanía nacional y la identidad cultural dominicana, ha sido un llamado a la acción para el gobierno, que no ha entendido el riesgo y amenaza que representa la ilegalidad haitiana en el país para la estabilidad nacional.

Los manifestantes han exigido medidas concretas para frenar la migración ilegal y proteger los derechos de los ciudadanos dominicanos. Esto no es un juego. Es el comienzo de algo grande que se advierte.

Entre las principales demandas de Friusa y sus seguidores se encuentran, la exigencia de controles efectivos en la fronteras, donde el gobierno fortalezca la seguridad fronteriza para evitar el flujo ilegal de personas.

Piden políticas migratorias claras, con la implementación de políticas migratorias que garanticen la regularización de los migrantes legales y la deportación de aquellos que se encuentren en situación irregular.

Buscan protección por parte del gobierno de la identidad nacional, para preservar la cultura y la identidad dominicana, que consideran amenazadas por la falta de regulación de la migración.