Los Amaceyes, otro atractivo natural de los mocanos en lo más alto de la cordillera septentrional

Por Luis Ramón López

LOS AMACEYES, Moca.-  La Provincia Espaillat, además, de ser gran productora de rúbros agrícolas, porcino y avicola, posee en sus tierras hermosas y parasidiacas, comunidades en la zona montañoza de su cordillera septentrional, que son un verdadero paraiso terrenal.

Y ese es el caso de Los Amaceyes, un poblado enclavado entre San Víctor-Moca y Carlos Díaz-Tamboril, en la cordillera, bordeado por una vegetación natural incalculable, que a la vista de turistas y visitantes, se cree que se esta en un monte europeo de los Alpes.

Lo penoso del caso, es la situación de pobreza en que viven los pocos pobladores que quedan en esa comarca rural de la provincia Espaillat, que por muchos años, han tenido que soportar la indiferencia de los gobiernos de turno.

Se recuerda que uno de los pilares de Los Amaceyes era Juanito Lantigua, un reconocido líder político, que mantenía las chispas con otros comunitarios, y que con su desaparición física las actividades comenzaron a desaparecer por complto hasta nuestros días, en que la población no cuentan con un liderazgo, que se haga sentir.

Los Amaceyes en los tiempos del doctor Joaquín Balaguer, tuvo su esplendor y apoyo, siendo un bastión del reformismo, que aportaba miles de votos al líder reformista en tiempos de elecciones.

Se le consideraba a este campo montañoso un gran prodcutor de café, que con la caída de los precios en los mercacos internacionales en las décadas de los ochenta, los campesinos desistieron de su cultivo para dar paso a la siembra de otros cultivos como la siembra de aguacate, caoba, flores y plantas ornamentables de gran demanda.

Muestra del poco desarrollo que ha experimentado Los Amaceyes, es que sólo cuenta con una escula primaria y los demás servicios tienen los pobladores que traslarse a San Víctor o a Tamboril, Santiago y a veces al municipio de Moca.

Cuenta con fuentes de agua natural virgen, que bajan de los altos de la montaña por arroyos, pequeños ríos de aguas cristalinas y manantiales que del corazón de la montaña pare abundantes y frías aguas, que se desliza con su suabe murmullo por cascadas para abastecer a sus habitantes de agua natural.

En los últimos año se ha incrementado la construcción de lujosas mansiones veraciegas, en lo más alto de Los Amaceyes y sus entornos, lo que podría significar un despegue hacia el turismo ecológico y de montaña.

 

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